Hay que distinguir el amor, de lo que yo llamo mero "enamoramiento". Llamo enamoramiento a aquello que es sexual y pasajero, y superficial. Es un atractivo que nos llama la atención cuando pasa frente a nosotros una persona del sexo opuesto. Es un momento dado de la vida del joven o la señorita, el soltero o el casado, vemos a una persona del sexo opuesto y sentimos un atractivo tremendo por esa persona. A veces calificamos de tentación a esa atracción. Ese atractivo no es amor, es meramente un atractivo pasajero. No tiene nada de malo en si misma esa atracción por el sexo opuesto, pero no lo llamemos amor. Algunos apenas conocen a una persona, jamás le han hablado y, sin embargo, dicen: "Esto tiene que ser amor". ¡No!
El amor nunca deja de ser. El amor es profundo. El amor es multifacético. El amor es permanente. El amor se sacrifica por la persona amada. El amor busca el bien de la otra persona. El amor piensa más en la otra persona que en sí mismo. Por otro lado, el Señor Jesús dijo, como recordaras: "Amaras a tu prójimo como a ti mismo". Esa es una doctrina que se enseña en toda la Biblia. En una palabra, mientras yo tenga respeto propio, voy a tener respeto de la otra persona. ¡Sí! El amor es la clave de un matrimonio feliz. Pero ¿que es el amor? Repito, estudia 1 Corintios, capítulo 13.
Examina tu corazón. Si te sientes atraído hacia un joven o una señorita, pregúntate: ¿Siento la clase de amor que se describe en ese pasaje bíblico? ¿Es amor real lo que me atrae? No. Yo no puedo contestar a tu pregunta de inmediato. Tenemos que ir por partes. ¿Estas enamorado de este joven? ¿Estas enamorado de esta señorita? Pues quiero decirte una cosa. Primero, ve a la Biblia y descubre que es el verdadero amor. Luego, empieza a preguntarte: "¿Es amor lo que siento, 0 no es amor?" Terminemos diciendo que hay que distinguir entre amor y sexo. El sexo es para expresar amor, pero el amor no es idéntico al sexo.
Autor: Luis Palau
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